¿Es necesario que prepare a mi mascota ante la llegada de mi bebé?

La espera de la llegada de un bebé plantea la pregunta de si se debe preparar a la mascota para este nuevo miembro de la familia. La introducción de un bebé en el hogar representa un evento único que afectará a todos los integrantes de la familia, incluida la querida mascota. Se experimentarán nuevos olores, sonidos y la presencia de objetos que generarán cambios significativos en la rutina diaria.

Por lo tanto, es aconsejable llevar a cabo un proceso de adaptación tanto en los meses previos al parto como en los que le siguen. No obstante, es importante recordar que compartir la vida con animales es un regalo valioso para la educación y la infancia, un regalo que perdurará en el corazón a lo largo de toda la vida.

 preparar a la mascota

Un cambio en la rutina habitual

Establecer una nueva rutina es esencial antes de la llegada del bebé, asegurándote de acostumbrar gradualmente al perro a horarios que puedas mantener cuando el niño esté presente. Es recomendable introducir los cambios de manera progresiva para evitar que el perro experimente ajustes repentinos de esta manera preparar a la mascota. Durante los paseos, dedica un tiempo exclusivo al perro, brindándole atención al acariciarlo, utilizando sus juguetes y cepillarlo.

No es recomendable realizar modificaciones repentinas en la manera en que te comportas con el perro

Es necesario familiarizar al animal con cierto grado de autonomía, incorporando actividades que prescindan de tu participación o que ocurran a cierta distancia de ti, como por ejemplo, permitirle estar solo en su cama sin requerir tu presencia en la misma habitación. Emplea juguetes interactivos y permítele jugar en otra sala. Es crucial tener en cuenta que este tipo de cambios deben ser introducidos de manera progresiva.

Es probable que haya ciertos comportamientos que te inquieten y desees modificar para preparar a la mascota. Ahora es el momento ideal para que se ajusten a las nuevas pautas. Si, por ejemplo, prefieres que evite subir al sofá, busca una cómoda cama y recompénsalo cada vez que elija descansar allí. Siempre nos esforzaremos en fortalecer los comportamientos de manera positiva.

El ámbito infantil

Es posible que el perro haya estado en contacto con niños y bebés desde una edad temprana, acostumbrándose así a sus olores y sonidos. Sin embargo, si no es el caso, el animal podría sorprenderse ante los estímulos vinculados al bebé. Por esta razón, te recomendamos seguir estas indicaciones:

  1. Sonidos auditivos: Podrías buscar una grabación que reproduzca el llanto de un niño y reproducirla a un nivel de volumen bajo mientras interactúas con tu perro o le ofreces pequeños pedazos de una deliciosa comida. A medida que se familiarice con el sonido, puedes aumentar gradualmente el volumen.
  2. Visual: Introduce de manera temprana objetos nuevos relacionados con el bebé, como el cochecito, y permite que el can los explore de manera calmada y gradual.
  3. Olfativos: Inicia el uso de productos de cuidado para el bebé que usarás más adelante, permitiéndole familiarizarse con nuevos aromas. También, después del nacimiento, introduce la ropa usada del bebé de la clínica para que tu perro la olfatee mientras le ofreces premios, generando así un vínculo positivo con el olor del recién nacido.
La crianza del niño es un aspecto fundamental a considerar.

Es importante asegurarnos que el niño aprenda a respetar a los animales. El niño necesita más orientación que la mascota. Desde temprana edad, debemos enseñarle a no molestar al animal durante la comida, a respetar su tiempo de descanso y a comprender que subirse a caballo no es agradable para ellos.

De acuerdo con numerosos expertos, esta práctica resulta sumamente provechosa, ya que favorece el desarrollo de un niño más interactivo y con una mayor conciencia de la responsabilidad. Hasta los 3 años, el infante explora su entorno principalmente a través del sentido del tacto. Al encontrarse con un perro, buscará tocarlo, sentir su piel y su pelaje. Para ellos, se asemeja a su peluche, pero en versión más grande y que además se desplaza. Adicionalmente, aún no comprenden que los animales son capaces de experimentar dolor.

El niño deberá tratar al perro con cuidado, evitando considerarlo simplemente como un juguete al que pueda accidentalmente causarle daño al tocar sus ojos, orejas y hocico. Es fundamental enseñar a nuestro hijo la manera adecuada de acariciar al amigo peludo para evitar situaciones incómodas. En primer lugar, no hay razón para preocuparse si el perro lame al infante, siempre y cuando el perro esté en buenas condiciones de higiene y salud, como estar desparasitado y vacunado.

Es importante instruir al niño sobre las áreas que no debe tocar a un perro y la cantidad de fuerza adecuada a aplicar de esta manera preparar a la mascota. Si se usa demasiada fuerza, es necesario apartar la mano del niño y mostrarle cómo acariciar con suavidad, tomándole la mano y guiándolo en el proceso.

La paciencia, junto con una generosa dosis de amor, es fundamental. Es crucial recordar que compartir la vida con animales es un regalo valioso en su crianza y juventud, un regalo que perdurará en sus corazones a lo largo de toda su existencia.

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